Si vas a vender tu casa por primera, segunda o incluso por tercera vez, sabrás que este es un trabajo que puede ser sorprendentemente agotador y un desafío emocional.
Ten en cuenta que personas extrañas entrarán en tu casa y revisarán tus armarios y anaqueles. Van a criticar un lugar que para ti representa mucho más que cuatro paredes y un techo, y luego te ofrecerán menos dinero de lo que piensas que vale tu casa.